El Doctor Aveleira arribó a la tierra que lo vio nacer. Regresó a la patria, satisfecho del deber cumplido, en un pueblo tan lejano en la distancia, como cercano para siempre en su corazón.
Turín, la capital de Piamonte fue para él un lugar desconocido, hasta que, formando parte de la Brigada Henry Reeve, arribó a la región más afectada de Lombardía, en Italia.
Aveleira de campaña.
En tres meses, Aveleira formó parte de un equipo que colaboró junto a los médicos italianos en la conformación de un hospital de campaña, en un local, que antiguamente había fungido como una fábrica de locomotoras.
En esta institución adaptada, el grupo tuvo acceso a tecnología de punta. Por su parte, los cubanos establecieron el protocolo de bioseguridad para el trabajo en la zona roja, implementado durante la experiencia del évola. De manera, que ningún profesional resultó contagiado.
La pesquisa, un método infalible para detener la pandemia.
El sencillo galeno recuerda la propuesta a los italianos, del procedimiento de detección comunitaria y no el de atención asistencial, como acostumbra a practicarse en el sistema capitalista.
-¨La detección comunitaria es un método más efectivo para paliar los efectos de la COVID, ya que se basa en un régimen diario de pesquisas casa por casa, barrio por barrio, a través del cual, se logra detectar y aislar al paciente contagiado. De esta manera, no hay que esperar a que el enfermo llegue al hospital para ser atendido, ¨- nos explicó el Doctor Aveleira.
Aveleira nos cuenta sobre el árbol de la vida…
Inicialmente, los médicos de ambos países intercambiaron sobre la vía más efectiva de realizar la campaña de higienización en Turín. Fueron debates en los que también se llevaron a colación experiencias de otras epidemias como el dengue y la tuberculosis.
Enfermedades infecciosas que Aveleira ha manejado en los muchos años de labor en nuestro Centro de Higiene y Epidemiología o durante la batalla contra el ébola, en las vilipendiadas tierras africanas.
Allá también fue nuestro doctor con su árbol de la vida y colgó muchas cintas rojas. Sin embargo, en Turín primaron las cintas blancas, una por cada vida salvada.
Aveleira. Anécdotas.
En el hospital de campaña los médicos cubanos solo sintieron la pérdida de una señora de más de noventa años, que aunque fue sanada, su familia no la aceptó en casa, porque el asilo donde residía había sido cerrado, debido a la pandemia. Al volver al hospital, la señora falleció.
También fue impactante el hecho de haber tenido la responsabilidad de implementar las normas de bioseguridad en el albergue de las emigrantes, víctimas de la trata de personas y sometidas a la prostitución.
De Cuba, El Ché y Fidel
Para los italianos El Ché era la figura más reconocida. De hecho, tienen una plaza que lleva su nombre. Allí también Aveleira y sus compañeros vivieron la feliz experiencia de subir al Pico Fidel, donde está colocada una pieza de caguairán, con el nombre de Fidel, traída desde las entrañas mismas de La Sierra Maestra.
Un regalo especial…
Muchas muestras de agradecimiento recibieron nuestros galenos. Pero Aveleira recuerda una que lo impactó sobre manera, cuando a pocos días para el regreso a la patria, aún con la condición de permanecer aislados, el futbolista Cristiano Ronaldo les hizo llegar a cada profesional cubano un pullover con su firma.
-¨Eso fue algo que me emocionó. Como buen manatiense soy futbolista por naturaleza, aunque yo le voy de todas, todas a Messi¨,- confesó entre risas, ante los que lo sabemos de sobra, fanático del Barza.
Un reconocimiento para nuestro querido doctor.
Ante la pregunta de algo que lo marcara a su llegada, Aveleira nos confiesa, lleno de orgullo, que le dio la mano a Miguel Díaz Canel, alegando que era una deuda pendiente.
De sus impresiones sobre el Presidente, Aveleira emocionado nos contó, que le pareció un hombre sencillo, de a pie, con el que se puede contar, accesible y muy cubano.
Poco antes de la despedida…
El encuentro quedó sellado con un excelente café lombardino, con el que fuimos agasajados. Una mezcla a base de granos colombianos y cubanos.
Entretanto, Aveleira nos confesaba sin reparos sus orígenes humildes. ¨- Yo soy un guajiro de Tasajera y me debo a mi profesión. Todo el que me necesite tendrá mi ayuda. Eso fue una de las tantas cosas que aprendí de los míos, pero sobre todo, de Fidel.¨
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